Acabo de pasar una semana sumergido en las entrañas del Britpop, género que surgiera en UK a inicios de los 90', como una expectoración del Alternativo Britanico ochentero (que por aquel entonces ya había dado a luz al Indie) y la confluencia bastante influyente del Madchester que escupía a diestra y siniestra The Stone Roses. Esto sin pasar por alto a la banda que cronológicamente debería ser considerada la pionera del género; pues Pulp por aquel entonces ya había tenido álbumes de pequeño impacto comercial.

Una semana fluctuando entre los alaridos de Liam Gallagher, la aparición de mayor éxito comercial del Britpop ha sido sin duda Oasis, pasando por los esporádicos delirios "cortoplacistas" de Blur, algo que le bastó para ser una fija en las fiestas noventeras, hasta los vigentes The Charlatans. No sería justa soslayar la volubilidad de The Verve y su paseo indiferente por las vías del Britpop, que al parecer fue la imagen que quisieron proyectar con su videoclip "Bitter sweet symphony".

Dejando atrás lo que fuera su riña con el Grunge, acerca de la supremacía del "Género de los 90", sobretodo teniendo encuenta las distancias viscerales que separan a sus públicos; Oasis, Blur y The Verve pueden morir tranquilos, pues su legado se tatuó en en los registros sonoros de muchas bandas que en la actualidad, y sin permitir que se note a grandes rasgos, han sufrido de su influencia, sin que se sonrojen Coldplay ni Placebo.